PROPÓSITOS Y PROYECTOS


Probablemente nadie lee este blog, pero yo sigo escribiendo como si alguien lo hiciera.
¡Ya estamos en 2016! Si, técnicamente lo estamos, aunque dudo de la legalidad para felicitar el año nuevo a principios de marzo.
La gente suele hacer propósitos en navidad, una serie de deseos y aspiraciones que según la leyenda urbana generalizada nunca llegan a cumplirse. Bien, parece que yo me adelante con mis propósitos. Antes de terminar el 2015 empecé una serie de posts bautizados como Diario de Oz, en los que prometí ser constante y compartir el desarrollo del proyecto en el que trabajaba en esos momentos. Pero la leyenda urbana de los propósitos me azotó y la serie se sumó a la inconstancia característica de este blog. No quiero contar esto como una hazaña, si no más bien todo lo contrario.

Pero ¿Qué hay de bueno en empezar un año nuevo? Que con el llegan los nuevos propósitos. Si, amigos, corramos un tupido velo y empecemos de cero. Nótese el sutil cambio de tema.

Hablando en serio, lo bueno de este tipo de errores es que siempre estás a tiempo de corregirlos. Esta es la filosofía: si hay algo que aún estés a tiempo de enmendar, hazlo, pues cuando sea irreparable ya no va a habrá vuelta atrás. Y no, mi nuevo propósito no es convertirme en poeta.

Este 2016 viene cargado de novedades y me gustaría poder compartirlas con el mundo, aunque irónicamente no necesito que nadie las vea, simplemente siento el impulso de dejarlas partir.
Para empezar,y aunque no cumplí mi promesa, voy a terminar de forma simbólica el Diario de Oz, con curiosidades y resultados de este magnífico proyecto teatral en el que aún estoy implicado.
Además también llegan otros trabajos como Grinder, el musical o Luna, Luna, de los que espero poder hablaros muy pronto.
En definitiva la idea es no dejar de lado este blog, no tener que esperar tres meses para felicitar el año nuevo y ser más constante.

¡Desarmemos la leyenda urbana de los propósitos!
Mi año nuevo empieza hoy.